NIA ESTÉVEZ PORTILLO

 Sin dirección

Valle trabaja en un centro de día para personas mayores. Herminia, de 78 años, acude a ese centro para retrasar los síntomas de Alzhéimer que acusa. Es a través de Herminia, que Valle conocerá parte de la historia de su propia ciudad, velada entre los acontecimientos de la vida de una mujer, que sufre la pérdida de su única hermana durante el inicio de la posguerra. Valle buscará la manera de averiguar, si Flora, hermana de Herminia, sigue con vida, antes de que la enfermedad la aleje de todo y su historia quede escondida detrás del recuerdo. Tres mujeres que ponen de manifiesto la superación y el dolor, el amor y la historia pasada y moderna de nuestro país, contada en primera persona por cada protagonista de esta historia ficticia, que bien podría ser real.

Escribiendo este libro aprendí a despedirme. Aprendí a lidiar con la ausencia.No pienses, lector, que es un libro de desamor, porque no lo es. Cada uno se aplica su lectura y los sentimientos que le provocan a su propio presente. Aquí escondí a mis seres queridos, a los amores de adolescencia, a la soledad. Que el lector decida a donde quiere viajar en cada verso, hágalo suyo. Deje que la poesía le envuelva y le meza suave hacia los sentimientos. Lo único que no debe olvidar es disfrutar del viaje, le lleve a donde le lleve.

“Mi nombre es Ana María, tengo cuarenta y tres años, y soy puta.”Así de contundente comienza el relato ganador delXXII Premio Nacional de Relatos Cortos de Mujeres Progresistas(Badajoz), y de este relato nace esta novela. Crudeza, realidad y belleza se entremezclan para llevar al lector a un viaje a través de un fin de semana de trabajo de una mujer prostituta.Testimonios realesescondidos entre los capítulos. Esta novela es desgarro, piel, herida y carne. De aquí nadie saldrá indemne.

Ángela es una mujer casada que ha construido una vida junto a Daniel. Un problema económico la llevará a buscar otro empleo que la ayude a salir adelante. Allí conocerá a Olivia, una mujer fuerte y segura de sí misma, que cambiará su mundo y su forma de ver el amor.Ángela se debatirá entre los prejuicios y sus propios sentimientos.Una novela que trata la libertad de amarse, sin juicios sociales ni de género. Siempre libres.

“No he querido contar lo que hace una mujer que trabaja en prostitución, eso lo sabemos todos, sino lo que pasa por su cabeza”Nia Estévez Portillo

Contiene el relato ganador del XXII Premio Nacional de relatos cortos de Mujeres Progresistas Ciudad de Badajoz

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